Extracción quirúrgica
Después de un ciclo de quimioterapia y tal vez de radioterapia, la mayoría de los tumores se extirpan quirúrgicamente. Es posible que el tejido extirpado se deba reemplazar por un injerto de tejido vivo, procedente del cuerpo del mismo paciente, de un donante (por lo general de un banco de huesos) o por un injerto de tejido artificial (elaborado con metal u otro material sintético).
Si el tumor ha afectado a nervios y vasos sanguíneos que rodeaban el tumor original, la amputación (extirpación de parte de la extremidad junto con el tumor) será la única opción.
Efectos secundarios
La amputación tiene sus propios efectos secundarios, tanto a corto como a largo plazo. Para que un niño o un adolescente aprendan a utilizar una pierna o un brazo ortopédicos, suelen necesitar un mínimo de 3 a 6 meses. Y eso solo es el principio de un largo proceso de rehabilitación psicológica y social. De todos modos, muchos niños comprueban que acaban retomando sus actividades favoritas al cabo de cierto tiempo.
En el caso de los injertos de tejido (procedente de un donante o de otros orígenes), el paciente suele empezar a mover la parte afectada casi de inmediato. Por ejemplo, un niño que se está recuperando de una operación por sarcoma de Ewing en una pierna, podrá andar después de un período de fisioterapia y rehabilitación de 6 a 12 meses. Primero podrá caminar con andador o muletas y después sin ningún dispositivo asistencial.
Las complicaciones iniciales de la intervención incluyen la infección y la cicatrización lenta de la herida quirúrgica. Así mismo, es posible que sea necesario sustituir la prótesis metálica o el injerto procedente del banco de huesos a medida que el niño vaya creciendo, aunque hay algunas prótesis que se adaptan al proceso de crecimiento.
Otros problemas que pueden aparecer con posterioridad incluyen la fractura del injerto óseo o el fracaso del injerto óseo para sanar el hueso del niño, que pueden requerir de una nueva operación. Debido al riesgo de fractura, algunos niños tendrán limitaciones en cuanto al tipo de deporte que podrán practicar.
Muchos medicamentos utilizados en quimioterapia también implican riesgos para la salud tanto a corto como a largo plazo. Los efectos a corto plazo incluyen la anemia, sangrados anómalos y un mayor riesgo de infecciones debido a la destrucción de la médula ósea, así como lesiones en los riñones, el hígado o el corazón.
Algunos de estos medicamentos aumentan el riesgo de inflamación de la vejiga y de presencia de sangre en la orina. Años después de haber recibido quimioterapia para tratar un sarcoma de Ewing, los pacientes presentan un mayor riesgo de desarrollar otros tipos de cáncer y pueden tener problemas de fertilidad.
Pronóstico
Si el sarcoma de Ewing se diagnostica pronto y no se ha extendido, un niño tiene hasta un 70% de probabilidades de curase del cáncer.
Cuando se propaga la enfermedad, el éxito del tratamiento es mucho menor. De todos modos, con la potente combinación de tratamientos disponibles en la actualidad (y los nuevos tratamientos que se vislumbran), el panorama para los niños con estadios avanzados de la enfermedad está mejorando.
Fecha de revisión: septiembre de 2014