Cada familia es diferente
¿Cuál es la mejor manera de superar un divorcio? Cada situación, y cada familia, es diferente. Pero existen ciertas pautas de reducción de estrés que hacen más fácil la adaptación.
Estas sugerencias pueden hacer que el proceso sea menos doloroso para los niños, adolescentes y familias. Los padres tendrán que interpretarlas por sí mismos; la honestidad, la sensibilidad, el autocontrol y el tiempo harán más fácil superar el problema. Sea paciente; no todos funcionan a la misma velocidad.
Ayudar a los niños a manejar sus sentimientos
Aliente a los niños a hablar sobre lo que sienten (positivo o negativo).
Es importante que los padres que se están divorciando, o los que ya están divorciados, se sienten con sus hijos y los alienten a hablar de lo que piensan y sienten. Pero debe aislar sus propios sentimientos de los de sus hijos. Por lo general, los niños perciben una pérdida familiar y tenderán a culparlo a usted o al otro padre (o a ambos) por lo que está sucediendo en sus vidas. Por lo tanto, usted tendrá que estar preparado para responder preguntas que su hijo tenga o para abordar sus preocupaciones.
Permita que el hablar del divorcio, y la manera que los está afectando, sea un proceso continuo. A medida que los niños crecen y maduran, es posible que tengan preguntas o preocupaciones que no tuvieron antes. Aún en el caso que parezca que ya ha hablado del tema antes, mantenga la buena comunicación. De ser posible, siéntese con el otro padre para planificar de qué manera van a hablar con sus hijos sobre lo que está pasando.
Si usted siente que se pondrá muy triste, pídale a alguien (quizás un familiar) que hable con ellos. Está bien que los niños vean tristes a sus padres, pero si estos sentimientos son muy profundos, es posible que los niños se sientan responsables de su tristeza. Existen programas en grupo para niños de padres divorciados organizados por las escuelas o por organizaciones religiosas que son una fuente excelente de apoyo para los niños y padres durante las primeras etapas del divorcio.
Es normal que los niños tengan diferentes reacciones acerca del divorcio. Es posible que estén enojados e imaginen que ellos "causaron" el problema. Esto ocurre en el caso que la pelea se inicie por algún problema relacionado con los niños. Los niños y los adolescentes podrían estar enojados o sentir miedo o preocupación sobre el futuro.
Si bien es posible que los niños sufran los efectos del divorcio por un tiempo, el impacto real sucede generalmente a los 2 o 3 años. En ese momento, algunos niños podrán expresar sus sentimientos, pero dependiendo de la edad y la madurez, otros niños no podrán hacerlo. En vez de expresar sus sentimientos, tenderán a cambiar su conducta o a deprimirse. En el caso de los niños en edad escolar, será evidente un cambio en las calificaciones o en la pérdida de interés en ciertas actividades. En el caso de los niños más pequeños, los sentimientos se reflejarán en el juego también.
Es posible que usted le diga al niño que no debe sentirse de esa manera, pero la realidad es que los niños (y también los adultos) tienen el derecho a sentirse de la manera que se sienten. Y si usted se fuerza a tener una "cara de felicidad", sus hijos tenderán a compartir menos sus sentimientos con usted.