¿Qué aspecto tendrá mi extremidad?
No te asustes, pero es bastantes probable que tu extremidad tenga un aspecto un poco extraño tras extraerle el yeso. La extremidad estará seca, cubierta de escamas y pálida y el pelo que la cubre parecerá más oscuro y recio de lo normal. Es posible que la extremidad hasta huela un poco (al fin y al cabo, ¡ha permanecido dentro del yeso sin lavarse durante un tiempo!) Todos estos cambios son completamente normales. Deberían desaparecer bastante deprisa, por lo que no merece la pena preocuparse por ellos.
Los músculos de la extremidad afectada estarán más pequeños y más débiles que antes (lo que los médicos denominan "atrofia") porque no los habrás utilizado durante cierto tiempo. Esto también es normal, pero tus músculos tardarán más tiempo en recuperar su estado anterior que tu piel. Tendrás que tomártelo con calma y limitar tus actividades físicas durante ese período.
¿Qué debería hacer al llegar a casa?
Es posible que tengas la tentación de frotarte o restregarte toda la piel muerta de la extremidad en cuanto llegues a casa. No te dejes llevar por esa tentación. Tu piel va a ser muy sensible durante los próximos días y deberás tratarla con delicadeza. En vez de frotar, restregar o rascarte la piel, lávala con delicadeza utilizando jabón suave y un paño suave o una gasa.
Si te hiciste una herida abierta cuando se te fracturó la extremidad, verás costras sobre su piel cuando te extraigan el yeso. No te rasques las costras, ya que podrías dañarte la piel y tal vez provocarte una infección. Si la herida todavía está abierta, sigue las instrucciones del médico sobre cómo cuidar de ella.
Si la extremidad ha estado cubierta por el yeso durante tres semanas o más, sumérgela en agua tibia durante 20 minutos seguidos dos veces al día durante los primeros días posteriores a la extracción del yeso. Fricciona delicadamente la piel con una toalla suave. La palabra clave es "delicadamente". Frotar la piel con demasiada fuerza puede dañar la piel de reciente crecimiento.
Tras la desaparición del apoyo que proporciona el yeso, la gente suele notar rigidez, dolor e hinchazón en la extremidad previamente enyesada. Asegúrate de proporcionar el apoyo necesario a tu extremidad mientras se sigue curando y ve utilizándola de forma gradual. Empieza con movimientos pequeños, breves y fáciles y avanza progresivamente hasta acabar utilizando la extremidad al completo.
Mantén suave tu piel y contribuye a acelerar su proceso de curación aplicándole una loción hidratante tras limpiar el área previamente cubierta por el yeso. Esto también ayudará a que te deje de picar. Elige una loción no perfumada, ya que el perfume puede irritar una piel delicada y sensible por haber estado cubierta por el yeso. Las lociones corporales hidratantes fabricadas con manteca de cacao funcionan de maravilla.
Si te acaban de quitar el yeso de una pierna, evita afeitarte el pelo que la cubre durante aproximadamente tres días para que la piel tenga tiempo para recuperarse.