El síndrome de Reye, una enfermedad sumamente infrecuente pero grave que puede repercutir sobre el cerebro y el hígado, suele afectar a niños que se están recuperando de una infección viral.
Debe su nombre al patólogo australiano R. Douglas Reye, que fue quien lo identificó como síndrome específico en el año 1963, aunque todavía no se termina de entender bien en la actualidad. Los estudios han establecido una conexión entre el uso de medicamentos que contienen salicilatos, (como la aspirina, que contiene ácido acetilsalicílico) durante una enfermedad viral como factor para que se desarrolle el síndrome de Reye.
Los casos de esta enfermedad han disminuido de forma muy considerable desde que se estableció esta asociación y los médicos empezaron a recomendar no administrar medicamentos que contengan salicilatos (como la aspirina) a niños y adolecentes, sobre todo en presencia de enfermedades de origen viral.
Sobre el síndrome de Reye
El síndrome de Reye afecta prioritariamente a niños de entre 4 y 14 años y ocurre en mayor medida durante las epidemias de enfermedades de origen viral, como en los meses de invierno o tras un brote de varicela o de gripe B.
Su duración varía en función de la gravedad de la enfermedad, que puede oscilar entre leve y de remisión espontánea y, en muy contadas ocasiones, mortal al cabo de pocas horas. A pesar de que su gravedad varía, el síndrome de Reye puede ser un trastorno de riesgo vital que se debe tratar como una urgencia médica.
La detección y el tratamiento precoces son fundamentales, ya que las probabilidades de una recuperación satisfactoria son mayores cuando el síndrome se trata en su fase inicial.
Signos y síntomas
Los signos y los síntomas del síndrome de Reye casi siempre van precedidos de una enfermedad viral, como una infección de las vías respiratorias (un resfriado, una gripe, etc.), una enfermedad que cursa con diarrea o varicela. Muchos casos son leves e incluso pueden no llegarse a detectar, mientras que otros son más graves y requieren cuidados intensivos.
El síndrome de Reye puede suceder desde el primer día de una infección viral hasta dos semanas después de este tipo de infección. Las enfermedades virales que lo preceden son contagiosas pero el síndrome de Reye no lo es.
Entre sus síntomas, se incluyen los siguientes:
- vómitos frecuentes
- apatía, modorra o somnolencia
- en los lactantes, diarrea y aceleración del ritmo respiratorio (taquipnea)
- irritabilidad o comportamiento agresivo
En fases posteriores, el niño puede presentar comportamiento irracional, confusión, debilidad muscular grave, convulsiones y pérdida de la conciencia. No suele cursar con fiebre.
Entre otros síntomas posibles, se incluyen cambios en la vista, problemas auditivos y habla anómala.
Hoy en día, el síndrome de Reye es muy poco frecuente: en EE.UU. solo se registran una cantidad muy reducida de casos al año. De todos modos, sigue siendo una diagnóstico a tener en cuenta, si un niño vomita con frecuencia y/o presenta cambios en su comportamiento o estado mental, sobre todo si esto ocurre durante o poco después de una enfermedad viral.